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Luiyi viajó a Colombia por su prótesis y se quedó para cumplir sus sueños

Desde Venezuela, sin nunca antes haberlo imaginado, Luiyi Miguel viajó hasta Colombia y aunque no estaba en sus planes, decidió quedarse, para emprender un nuevo camino. Aunque las intenciones al salir de su tierra no eran cambiar el lugar de residencia, encontró una oportunidad para volver a empezar y no dudó en aprovecharla junto a su esposa y su hijo.



En noviembre de 2017, Luiyi se encontraba trabajando, como solía hacerlo en su rutina diaria y cuando menos pensó, encontró a su hermano discutiendo con el vigilante del lugar, quien en un acto de intolerancia empuñó su arma y Luiyi, con la intención de evitar que su hermano fuera impactado por la bala, se interpuso y fue así como esta pegó en su rótula, destruyendo sus venas y arterias, generándole además una infección, debido a la contaminación del área, ocasionándole una amputación en su pierna izquierda.


Aunque la situación no era fácil de asumir, su esposa y el hijo que venía en camino se convirtieron en la fuerza que le permitió afrontarla con la mejor actitud, dejando a un lado la preocupación y esperando con más ansias que nunca el nacimiento de su pequeño, pues este se había convertido en su mayor motivación para salir adelante.


A pesar de que a sus padres les costaba aceptar la situación, ha contado siempre con su apoyo incondicional y así mismo, de toda su familia. A medida que iban pasando los días, sus padres le indicaban que, por sugerencia de los médicos, debía asistir a terapia, tanto psicológica como física, pero esta opción nunca estuvo dentro de sus planes, tal como lo narraba, mientras esperaba por su prótesis en el cubículo de adaptación de Mahavir Kmina, “yo loco no estoy y yo sabía lo que había pasado y eso, entonces yo dije que la terapia yo la hago en mi casa y yo soy bastante ágil y práctico, entonces no, yo nunca quise ir ni al psicólogo, ni a terapia”.


Un año y medio más tarde, su hermana, siendo un gran apoyo durante su proceso de recuperación, con su entrega y dedicación para ayudarlo, encontró en internet la información con la que pudo darle una noticia inesperada a Luiyi, pues ahora sabía que en Colombia, su país vecino, había un lugar en el que podría recibir una prótesis gratuita, para caminar nuevamente y aunque para obtenerla debía salir de su tierra, los sueños y las ganas de seguir hacia adelante eran más grandes que la distancia. Unos meses después de que ella realizó todo el proceso de solicitud, recibieron la llamada para programar la cita que tanto anhelaban y fue así como viajó por primera vez a Colombia.


Hace 3 años que llegué acá, cuando me pusieron la prótesis de una yo empecé a caminar y me dijeron que si había obtenido prótesis y yo, “no nada”, apenas tenía un año y medio no más de haberme amputado la pierna y empecé a caminar normal”, contaba, resaltando sus capacidades y la confianza que ha tenido siempre en sí mismo, para afrontar las adversidades, siendo un gran ejemplo de que la mente positiva es fundamental para superar cualquier situación. A partir de ese momento, supo que podría continuar alcanzando sus metas y quedó tan encantado con lo que conoció de Colombia que, cambiando los planes, decidió establecerse y empezar a construir una nueva historia.


Por fortuna, descubrió que aquello que tanto le apasionaba era muy común en la tierra que lo recibió para cumplir sus sueños, brindándole la oportunidad, tres años atrás, para desempeñarse como mecánico en Santa Marta, un cálido lugar en el que, por su dedicación y amor por lo que hace, ha sido cada vez más reconocido por las personas de la zona, así como lo expresaba Luiyi, “reparo motos, muy reconocido, gracias a Dios me hice conocer bastante. Siempre me esmero por lo mío y yo siempre digo, pues el que no le gusta el trabajo, es porque no está enamorado, uno tiene que trabajar en lo que le gusta, para que uno pueda hacer las cosas bien, porque si agarras un trabajo que no te gusta, las cosas las vas a hacer mal”.


Ha sido tanto el amor que siente por su trabajo, que el tiempo libre es muy poco, al trabajar todos los días desde las seis de la mañana, hasta las ocho de la noche, sin embargo, aquellos momentos en los que saca un rato para descansar, su plan favorito es ir a la playa, aprovechando que le queda cerca y es un buen lugar para tomar un respiro dentro de su rutina.


Siendo un gran ejemplo de resiliencia, Luiyi compartió unas palabras para aquellas personas que hayan perdido alguna de sus piernas y con ella, la esperanza, “igual la vida sigue, lo que pasa es que hay que buscar la manera de cómo sobrellevar esa situación, porque tampoco es fácil”, agregando, “uno siempre tiene que tener un motivo por el cual seguir adelante”.


Con la gratitud que siempre lo ha caracterizado, expresó, con una gran sonrisa, sus sentimientos hacia las personas que apoyan a Mahavir Kmina, “muchas bendiciones, que Dios les pague todo lo que hacen por nosotros, porque me incluyo, porque gracias a Mahavir Kmina yo empecé a volver a caminar y a hacer mis labores, muy agradecido de estas personas, de ustedes, de sus compañeros, muy buen trato, todo excelente, la verdad mil bendiciones, yo tengo mucho que agradecerles”, añadiendo, “ya es segunda vez que estoy acá, para cambiarla, porque ya tenía desajustes, de verdad que agradecido, muy agradecido”.


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