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El valiente jornalero que volvió a empezar

Acompañado por el dulce olor y sabor de la caña de azúcar, Leonel Alfredo trabajaba como todas las mañanas en el trapiche. Siendo las dos de la tarde, aproximadamente, mientras dejaba todo listo para hacer panela al día siguiente, se apoyaba encima de un montón de cañas y cuando menos pensó, estas se resbalaron, haciendo que su pie derecho se enredara en los piñones de la máquina, llevándolo, indudablemente, a una amputación.



prótesis de Mahavir Kmina
prótesis gratuita


No pasaron ni dos horas, apenas eran las cuatro de la tarde y él ya se encontraba en el hospital, pues minutos después del suceso, llegó la ambulancia al lugar, para trasladarlo al centro médico en Yolombó, su municipio de origen, donde unas horas más tarde, llevaron a cabo su cirugía, que según cuenta Leonel, fue exitosa, porque le fue muy bien.


Leonel recibió en su casa la visita de un usuario de dos prótesis, quien además de darle ánimo, también iba a darle buenas noticias. Él le compartió el número telefónico de la Corporación, diciendo: “pues llame y allá le pueden ayudar con alguna prótesis o le dicen qué puede hacer”.


Pocos meses más tarde, el día de su cita en Mahavir Kmina, para recibir su primera prótesis y empezar un nuevo camino de esperanza, pasando de depender de su familia y las muletas, a poder movilizarse de manera autónoma. Aunque llegó con dolor en su muñón y algo de hinchazón, solo tardó dos horas en aprender a caminar nuevamente, pero esta vez con la prótesis que le donó la Corporación, pues gracias a las personas que creen en un mundo mejor, esto fue posible y la situación que parecía devastadora, se convirtió en una oportunidad para volver a empezar, dejando a un lado las muletas que lo acompañaron al comienzo de su proceso de rehabilitación.


Con el pasar del tiempo, empezó a retomar algunas labores y con mucha motivación para salir adelante, fue trabajando, poco a poco a medida que iba recuperando la confianza en sí mismo y realizando actividades que se sentía capaz, por lo que resaltó, “ya prácticamente no es lo mismo que antes, pero bueno, de todas maneras, gracias a Dios he salido adelante con la ayuda de todos ustedes acá y bueno, me siento muy contento”.


Mientras esperaba en su cita de revisión, comentaba lo bien y lo contento que se sentía, expresando, “al menos volví a ser yo, pues que no me tuvieran que valer o esperar a que una persona me hiciera un favor o no sé, sino que yo ya más o menos veía de qué era capaz de hacer”, por lo que su hija comentó, “volvió a trabajar, no es lo mismo, porque ya tiene partes donde no puede, porque no puede sacar la caña, pero la corta, pregunta quién se la saque, pero igual él ya volvió a ser una persona que él puede valerse por sí mismo, ya no es como primero que dependía de nosotros, ya no, antes nosotros dependemos de él”.


Después de entender el poder que tiene la mente, tuvo un gran aprendizaje: que si uno se lo propone, puede lograr todo lo que sueña. Sabiendo que hay más personas, que así como él, han superado diferentes situaciones, decidió compartir unas palabras de aliento, diciendo, “ánimo, que echen para adelante, que siempre es bueno uno volver a confiar, primeramente en Dios y en estas personas que nos están colaborando”, a lo que su hija, Maria Elizabeth, agregó, “para mí fue muy duro y para mi mamá, porque de todas maneras es complicado, pero mi Dios es muy bueno y yo digo, como le dije a mi papá, para nosotros esta fundación fue la bendición más grande que Dios nos envió, porque es la verdad”.



Su familia siempre ha estado ahí para acompañarlo y apoyarlo, pues vive con su esposa, su hija y los dos nietos, siendo siempre su motivación. Maria Elizabeth, con algunas lágrimas en sus ojos, cuenta que a pesar de que para todos en la familia fue difícil la amputación de Leonel, hoy en día tienen mucho que agradecer. Para ellos, el servicio y la atención que recibieron por parte de los colaboradores de la Corporación ha sido la mejor parte del proceso, pues como Maria expresó, “la atención, el personal es excelente, todo el cambio que le da de vida a las personas”, y en esta segunda visita a Mahavir Kmina, ellos se sintieron tranquilos al saber que pueden seguir contando con el servicio, siempre que sea necesario.


Con sus sonrisas llenas de agradecimiento, enviaron un mensaje a todas las personas que creen y se unen a la causa, “que Dios les bendiga, porque esas donaciones y todo esto, le cambia la vida a muchas personas, las vuelven a tener otra vez, o sea es como la esperanza de uno volver a ser alguien”, agregando, “porque es que uno cuando está así pierde, ay yo no sé, muchas cosas, entonces cuando uno vuelve así, uno es como cuando uno muere y vuelve a nacer, es lo mismo”.


Leonel es un ejemplo del gran impacto que genera el trabajo realizado por el equipo de la Corporación, siempre teniendo como promesa: brindar oportunidades para volver a empezar y como reflejo de las enseñanzas que les ha dejado cada parte del proceso, compartieron una reflexión para todos, “que la vida es muy corta y que tenemos que aprender a valorar tantas cosas que uno no valora”.

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